El 70% de la población de Chile enfrenta problemas relacionados con parásitos y el 53% de ellos experimentan complicaciones graves a los 40 años.
La mayoría de las veces, las señales iniciales que parecen no tener importancia conducen a resultados graves.
¿Por qué el problema de las infecciones parasitarias debe recibir más atención en nuestro país?
En el pasado, las personas solían pasar por alto y no prestar atención a los primeros síntomas de una infección parasitaria, como acné, pústulas, heridas en las manos, pies o boca, dolor abdominal leve, fatiga o diarrea. La gente a menudo trataba de curarse por sí misma con medicamentos disponibles en las farmacias o pensaba que solo era un problema menor que se iría por sí solo, mientras que los parásitos crecían en silencio y destruían el cuerpo de manera grave si no se detectaban y trataban a tiempo.
Impactos impredecibles de las infecciones parasitarias
Anemia causada por infecciones de oxiuros y lombrices intestinales: Los oxiuros y las lombrices intestinales son parásitos que succionan sangre, lo que provoca una anemia grave, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas y debilitando el sistema inmunológico.
Esquistosomiasis: La esquistosomiasis (infección por parásitos sanguíneos) puede migrar hacia órganos internos y causar una inflamación severa, especialmente en los pulmones, el cerebro y el hígado, lo que puede llevar a la muerte.
Hemorragias y fallo multiorgánico: Las infecciones parasitarias pueden provocar hemorragias internas y fallos multiorgánicos, lo que puede resultar fatal. En muchos casos, las infecciones cerebrales se diagnostican erróneamente como tumores cerebrales.
"Vivir con parásitos durante un largo período debilita el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades y afecta la calidad de vida. En los adultos mayores, las infecciones parasitarias empeoran las enfermedades preexistentes, reducen la capacidad de resistir enfermedades y aumentan el riesgo de muerte."
Experto en enfermedades parasitarias Héctor Bustamante
Niveles de gravedad de las infecciones parasitarias y sus consecuencias:
Fase 1: El invasor silencioso
Los parásitos ingresan al cuerpo a través de varias vías, como el tracto gastrointestinal (por alimentos y agua contaminados), las vías respiratorias (por aire contaminado) o la piel (por contacto con tierra y agua sucia). Los primeros síntomas suelen ser poco claros y a menudo se confunden con otras enfermedades, lo que lleva a muchas personas a no consultar a un médico.
Fase 2: Ataque desde adentro
Los parásitos crecen dentro del cuerpo y dañan órganos internos como el hígado, los riñones y los intestinos. Los síntomas se vuelven más evidentes, como dolor abdominal intenso, diarrea crónica, ictericia y pérdida de peso.
Fase 3: Consecuencias inesperadas
Los parásitos pueden causar enfermedades graves, como cáncer de hígado, insuficiencia renal y encefalitis, lo que afecta la calidad de vida, debilita el cuerpo y reduce la capacidad para trabajar. Si no se recibe tratamiento oportuno, el paciente puede morir.
Fotografía de un brote parasitario